lunes, 25 de noviembre de 2013

Rutina facial diurna

Aquí va el post que se repite en la mayoría de los blogs de belleza, el de las rutinas faciales. Hoy os cuento lo que hago por las mañanas y en el próximo los cuidados nocturnos. Mi rutina se basa en el cuidado de mi tipo de piel que es, o solía ser, grasa con tendencia a las imperfecciones. Digo que solía ser porque con el embarazo y la lactancia, se ha secado bastante.

lunes, 18 de noviembre de 2013

La lactancia materna

Desde hace más de tres meses soy mamá. Los inicios han sido duros. La recompensa es maravillosa. 

Hoy quiero hablar sobre la lactancia materna. He dudado mucho sobre escribir acerca de este tema. Al final me he animado por si a alguien le puede servir de ayuda. Parece increíble cómo algo tan natural como esto puede provocar tantas frustaciones y abandonos

Antes de nada, os quiero recomendar un libro sobre este tema que debería ser obligatorio si tenéis pensado alimentar a vuestro bebé de esta manera. Se trata de "un regalo para toda la vida" de Carlos González. Yo lo leí durante el embarazo y releí algunas partes durante la lactancia. Su título no puede ser más acertado. Cuando estás a punto de tirar la toalla, y yo he estado muchas veces, piensas que efectivamente lo que estás haciendo es el primer regalo que recibe tu hijo

Yo no soy nadie para imponer la lactancia a las futuras madres, cada una lo hace a su manera, y las decisiones que tomamos acaban siendo las mejores. Tengo que decir que estaba totalmente convencida de las ventajas de la lactancia y tenía claro que quería alimentar a mi niño de esta manera. Pero las madres que alimentan con biberón están en su derecho y no por ello son menos madres. Si yo no hubiese estado tan convencida de lo que quería hacer, mi hijo tendría el biberón desde la primera semana. Con esto ya os dejo claro que mi lactancia ha sido difícil, pero a día de hoy, tres meses y medio después, aún continúo con ella en exclusiva. Ahora es cuando empiezo a disfrutarla, pero el camino ha sido duro...

La teoría es fácil. Mucha piel con piel, tomas muy seguida durante las primeras horas, tener contacto directo con tu hijo durante todo el día para reaccionar antes de que llore de hambre.... pero la práctica es difícil. Por lo menos lo ha sido para mí. También hay que decir que hay muchas lactancias maravillosas desde el principio, donde el bebé se engancha a la primera y come en un momento. Yo os cuento la mía, que he comprobado que también es la de muchas madres. 

Mi experiencia es esta. Durante las clases de preparación al parto, nos había recordado la importancia de las dos primeras horas de vida de tu bebé, momento en el que se encuentra alerta a todo y muy despierto, para establecer el primer contacto con la lactancia. Durante la estancia en el hospital yo pensaba que el niño se había enganchado bien y que todo transcurría normalmente. Al llegar a casa y pasar dos noches horribles, nos dimos cuenta que no era así y que la lactancia no iba bien. Empecé entonces a sacarme leche y administránsela al bebé con el métido del dedo-jeringa. El niño comía cada dos horas, de las cuales una era la que necesitábamos para alimentarlo (pecho, jeringa con leche materna extraída y los primeros días suplemento de biberón). Con el paso de los días empezó a coger fuerza y a engancharse correctamente. Pudimos retirarle el suplemento de leche de fórmula y alimentarlo únicamente con leche materna. Seguía comiento cada dos horas y las tomas seguían siendo eternas, de unos 45 minutos. Durante el día sólo alimentaba a mi hijo, lo mismo que durante la noche. Así que el resultado era que no dormía nada, estaba agotada y lo veía todo negro. Esta situación se extendió durante casi un mes. A parte de esto, algunas tomas eran una tortura. No por dolor, ya que por suerte nunca lo he tenido, ni heridas. Muchas mujeres pasan por esto también. Sin embargo, mi toma no era la típica toma maravillosa en la que el bebé se engancha y sólo se suelta cuando termina. No, el mío se enganchaba, se soltaba, lloraba y al final acababa comiendo. A raíz de ser madre, he descubierto que tengo más paciencia de la que pensaba. Las tomas nocturnas eran muy buenas. Durante la noche se segrega una mayor cantidad de prolactina, que hace que el bebé mame mucho mejor. 

Así fue mi vida durante el primer mes y medio. Además, mi bebé lloraba mucho. Los bebés lloran, y no siempre es por hambre. Lo digo porque seguro que algún comentario de estos recibiréis, donde os animarán a darle biberón. Esta claro, el biberón es la solución a todos los males del bebé. Debe de tener una sustancia mágica que hace que todo se resuelva. Sed fuertes, y haced oidos sordos. Vais a visitar habitualmente a un médico, llamado pediatra, que se encargará de vigilar que todo marcha correctamente. Mi hijo ganaba más peso del normal, y aún así he tenido que escuchar estos comentarios. Los signos para saber que vuestro niño está sano, a parte del peso, son otros. Pises y cacas con normalidad y en abundacia, ojos brillantes cuando le habléis, y por supuesto, también el peso. Pero mi consejo es que no os obsesionéis con él. Durante las primeras semanas visitábamos mucho el pediatra (cosa de padres primerizos) y salíamos muy reconfortados con los ánimos que nos daba. Nos decía que el niño estaba muy sano y que lo estábamos haciendo muy bien. Que los inicios son así y sólo necesitábamos tiempo. Todo el esfuerzo que hacíamos en casa, merecía la pena. El bebé se está adaptando a la nueva vida, es normal que llore, y si tiene cólicos ya no os quiero contar... A partir del primer mes y medio, el mío empezó a llorar mucho menos y con los tres se le retiraron los cólicos. Ahora casi no llora, y cuando lo hace es por un motivo claro.

Si os daís cuenta os hablo en plural. Es muy importante que vuestra pareja esté implicada en esta aventura tanto como vosotras. Mi marido, durante los primeros días, tuvo mucha más paciencia que yo, y sin él, yo no podría haber hecho esto. Él me decía que la culpa era mía porque le había obligado a leer el libro jeje. 

Como os he dicho, ahora mi bebé tiene casi tres meses y medio. Hay tomas en las que acaba de comer, me mira y me sonríe sin parar durante un largo rato. No hay mejor recompensa que esta. Estoy muy orgullosa de haber conseguido este reto.

Creo que los mejores consejos que os puedo dar son estos: apoyaros mucho en vuestra pareja, rodearos de gente positiva, no asimiléis comentarios negativos y mucha mucha paciencia. Todas, seamos altas o bajas, gordas o delgadas, rubias o morenas, podemos dar el pecho. 


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